FIFA 23 | Reseña


La reiteración y la evolución paulatinas se han convertido en la seña de identidad de FIFA. La oferta actual del simulador deportivo de EA se encuentra en la que posiblemente sea su etapa más estable en lo que a éxito comercial se refiere. Dieron con la clave hace ya muchos años, y desde entonces la franquicia se ha mostrado intratable. Como consecuencia, la ausencia de grandes cambios se ha impuesto, auspiciada por el temor a cambiar aquello que el público tiene más que asumido. Si algo funciona, ¿para qué cambiarlo? Esa parece ser la máxima. De hecho, el inmovilismo ha sido tal a lo largo del último lustro, que esta entrega parece lo más cercano a una revolución que viviremos en mucho tiempo, y tampoco es que lo sea. Pese a sus notables mejoras y sus nuevos añadidos, FIFA 23 sigue adoleciendo de algunos de esos defectos que se han convertido en seña de identidad de la saga.

Comenzando por las novedades contantes y sonantes, y tal y como os hemos ido relatando a lo largo del verano, FIFA 23 llega con la esperada inclusión de los clubs femeninos bajo el brazo, incorporando la Barclays Women’s Super League y la Division 1 Arkema. Además, tanto el Mundial de Qatar 2022 como la Copa Mundial Femenina de Australia y Nueva Zelanda de 2023, llegarán al juego con sendas actualizaciones gratuitas. Por otra parte, el juego llega con mejoras y revisiones más o menos sustanciales en Volta, Pro Clubs, Fut e incluso en el modo carrera, que suma su apartado manager, con Ted Lasso a la cabeza.

Saltando al campo


Pero antes de entrar en cada uno de sus subapartados, conviene atender a lo más importante de todo; los partidos. De entrada, lo más llamativo es la tímida, pero notable, evolución del sistema de juego. La aplicación de la tecnología Hypermotion 2 se deja notar en la evolución de los partidos. Este sistema patentado por EA, que se basa en la captura avanzada de partidos reales (y sesiones de entrenamiento) mediante la utilización de los trajes Xsens, deriva en la mejora de varios apartados. El primero de ellos es el de las animaciones, que se han visto mejoradas mediante la implantación de más de 6000 nuevos movimientos. FIFA 23 se sirve de Hypermotion 2 y de Full Team Authentic Motion, un banco de datos extraídos de otros dos partidos reales de alta intensidad, para generar movimientos más naturales en cada uno de los equipos. Todo ello incrementa la mejora experimentada en la edición del año pasado, dando lugar a partidos en los cuales el movimiento del balón pasa a ser más relevante que nunca, restando importancia a los velocistas, y a los repertorios de regates infinitos que tan determinantes se tornaron en entregas anteriores.

Los porteros, pese a haber mejorado su rendimiento, siguen recibiendo goles que atentan contra nuestra suspensión de la incredulidad.

Ahora, tanto mover el balón como tener presente el perfil específico de jugador que estamos manejando, serán clave para el desarrollo de los encuentros. Gracias a los nuevos movimientos de los equipos, y al renovado sistema de físicas, las pérdidas de balón se muestran más realistas que nunca, dando lugar a balones divididos y rebotes impredecibles que naturalizan la performance del partido. Por otra parte, deberemos tener siempre presente el tipo de jugador que manejamos (o al que nos enfrentamos). Dicha tipología viene marcada por los parámetros de velocidad y control de la explosividad, y da lugar a tres variantes que van desde velocistas explosivos, pero con poco fondo, hasta corredores de banda incansables que se lo harán pasar realmente mal al lateral de turno.

En lo mecánico, la gran adición viene dada por los Power Shots o Zapatazos, un disparo que podremos activar pulsando L1 y R1 al mismo tiempo, y que nos permite tanto dirigir el tiro como calibrar su intensidad. Eso sí, deberemos asegurarnos de contar con el espacio suficiente si no queremos que el defensa más cercano nos robe la cartera en el último momento. Su puesta en escena, que acerca sutilmente la cámara al terreno de juego, contribuye a elevar la tensión de estos momentos, dando lugar a situaciones emocionantes en las cuales puede llegar a celebrarse una recuperación con tanto entusiasmo como un gol de nuestro equipo.

La eficacia de las defensas ha aumentado, como ya ocurriera con la pasada edición, haciendo que correr la banda ya no sea una opción infalible.

Todo ello constituye un conjunto de mejoras que no pueden ser catalogadas como una revolución, pero que vienen a significar un salto notable respecto a lo experimentado en FIFA 22. Eso sí, queda lejos del borrón y cuenta nueva que reclamamos en esta casa hace ahora un año. Por lo que vuelven a la palestra algunos viejos vicios, como las cantadas inexplicables de los porteros, que desnaturalizan algunos momentos mostrando las animaciones más robóticas de todo el juego, o las jugadas infalibles que comienzan a asomar cuando llevas un tiempo jugando, principalmente vinculadas a los zapatazos.

Un renovado ambiente parta recibir al míster


En lo audiovisual, FIFA 23 muestra un lavado de cara que eleva el resultado final, siendo este especialmente notable en el público y el terreno de juego. Los aficionados que acuden al estadio cuentan con un número más variado de modelos, con más animaciones y con la inclusión de más de 500 nuevos cánticos. El ambiente ha mejorado sustancialmente, sin embargo, algunos de los primeros planos que imitan a la realización televisiva siguen dejando demasiado patente la diferencia entre los distintos modelados que ofrece el título. El césped, por su parte, registra cada una de las acciones que tienen lugar en el terreno de juego, mediante marcas visibles que nos acompañarán a lo largo de todo el encuentro. El resultado final, en lo que a ambiente se refiere, es más que satisfactorio, y únicamente queda empañado por unos comentarios que, en nuestro idioma, hace ya años que reclaman un reinicio total. Toparse con frases que nos llevan acompañando algo más de 10 años y con unos cortes de audio desiguales, que tienden a entrar a destiempo, arruina la puesta en escena visual y sonora. Por suerte, ahora, además de poder poner los comentarios en otro idioma, podemos disputar los partidos mientras disfrutamos de los temas musicales licenciados para la ocasión.

Más allá del terreno de juego, EA Sports le ha metido mano a cada uno de los modos de juego que acompañan a FIFA 23. Una de las novedades más relevantes la encontramos en el modo carrera, que ahora nos permite interpretar el papel de míster, permitiéndonos escoger entre algunos de los entrenadores más laureados del panorama actual, como Jürgen Klopp, Pep Guardiola, Antonio Conte, Thomas Tuchel o mi favorito, Ted Lasso (disponible a partir del 30 de septiembre). En lo que respecta al modo carrera de toda la vida, ahora contamos con un nuevo sistema de personalidad, basado en tres arquetipos, y con la inclusión de los momentos destacados y los momentos dinámicos. Algo de lo que os hablé, no hace mucho, en un texto dedicado a estas nuevas implementaciones, y que marcará la evolución de nuestro avatar y el devenir de su carrera.

FIFA 23 - Ted Lasso Screenshots
La inclusión de Ted Lasso hará las delicias de los seguidores de una de las mejores series de Apple TV+.

Pero si lo que os va a hacer saltar al terreno de juego es la vertiente social de FIFA 23, os gustará saber que tanto VOLTA, como Pro Clubs, cuentan con una revisión moderada, que marca diferencias respecto a su predecesor. En el caso de VOLTA, la vertiente arcade se ve potenciada con la inclusión de nuevas habilidades en su sistema de progresión, que enfatizan su cara menos realista. También se han ampliado los campos, otorgando más espacio para la filigrana, y se ha realizado un trabajo significativo con los minijuegos ofertados, aumentando la variedad de los mismos. Por su parte, Pro Clubs articula sus novedades en torno al “rol de partido”: el título recopila datos de nuestra actuación mientras jugamos, y nos otorga una puntuación final en función de los hitos que se esperan del tipo de jugador que hayamos creado. Así, Pro Clubs pretende alejarse de banalización de las acciones equipo, otorgándoles el valor que merecen, y buscando evitar la suplantación de papeles que se produce cuando varios jugadores de un mismo equipo buscan la máxima puntuación.

La química y los FUT Moments


La otra gran modalidad que nos queda por tratar es el omnipresente FUT. FIFA Ultimate Team se convirtió, hace ya un buen tiempo, en el modo más relevante del simulador futbolístico. Su sistema de monetización supone una de las mayores fuentes de ingresos de la compañía, y su inferencia en el mercado ha sido tan pronunciada que no ha logrado escapar de la polémica. Creo que no es necesario recordar lo que supone la relación de consumo que puede llegar a establecer entre el público menor de edad, algo que siempre debería tenerse en cuenta a la hora de ofrecer este tipo de productos a público no adulto. En EA deben haber tomado nota de la situación y, quizá por ello, este año el modo ha sido reformulado, retocando varios aspectos nucleares como el generador de química o el sistema de progresión.

El nuevo sistema de química le otorga al jugador una mayor flexibilidad a la hora de confeccionar la plantilla, permitiendo que los jugadores generen química independientemente de su posición en el campo, centrando la atención en aspectos como el club de origen, la liga o la nacionalidad de los mismos. En cuanto al sistema de progresión, los FUT Moments contribuyen a la rentabilización del tiempo invertido en el juego. Estos nuevos eventos consisten en desafíos inspirados en partidos reales o eventos que se dan a lo largo de la temporada. El título irá variando su ya de por sí generoisa oferta, proponiendo desde situaciones basadas en efemérides futbolísticas, hasta partidos recientes o eventos de invención propia. Estos retos cuentan con tres niveles de dificultad y pueden ser superados en pocos minutos. Al superarlos obtenemos estrellas que nos sirven para desbloquear jugadores, packs y demás contenido, generando, así, una agradecida nueva vía de progreso.

Con todo, FIFA 23 se presenta como una entrega que llega algo más lejos, en cuanto a novedades, de lo que lo hizo su antecesor. La inclusión de Hypermotion 2, con su nueva gestión de la IA, significan un cambio fácilmente perceptible, y agradecido, a nivel de gameplay. Esto, junto a las mejoras visuales establecidas para la ocasión, imposibilitan el crossplay entre generaciones, por lo que los jugadores de PS4 y Xbox One no podrán medirse a los de la actual generación de consolas, una muestra de la brecha que comienza a abrirse entre esta entrega y la anterior.

De FIFA 23 no puede decirse que rompa la baraja. No es un antes y un después en la saga, no es ese tipo de entrega que justifica su compra en base a un salto ampliamente perceptible a todos los niveles. Pero tampoco se le puede negar que, en comparación con las mejoras implementadas en las últimas entregas, sale más que bien parado. A las novedades jugables se les suman revisiones más o menos profundas de cada una de sus modalidades, junto a la inclusión del esperado fútbol femenino y la llegada de los mundiales que nos esperan durante el presente curso. Soy de aquellos a los que les gustaría presenciar un reinicio que ponga patas arriba una base tan reconocible como manida. Pero ante la certeza de que eso es algo que difícilmente ocurrirá con esta franquicia, creo que es justo remarcar el esfuerzo realizado en esta ocasión por dar un paso hacia delante algo más pronunciado. Lo que sí puede decirse es que, pese a seguir adscrito a aquello de la evolución paulatina, FIFA 23 es algo más “nuevo” de lo que viene siendo habitual.

Fuente: IGN España:

https://es.ign.com/fifa-23/184491/review/analisis-de-fifa-23-no-es-una-revolucion-pero-si-la-mayor-evolucion-de-los-ultimos-anos